Para mañana, votar

VotarParaManana

Votar para mañana. Esa es la tarea.

Para que no vuelvan las exclusiones. Para que quienes nos dirijan los próximos años sean los mejores, o quizá los menos malos. Para que todo lo que se ha conseguido para la mayoría de la población no desaparezca en las redes de la macroeconomía. Para que a quienes manejan los hilos les cueste cada vez un poquito más manejarlos. Para que no nos creamos más los enemigos que inventan para nosotros. Para comprender que esto no es una guerra, sino que se trata de vivir en paz. Para que cuando nos vendan caridad disfrazada de buenas intenciones, sepamos pedir la justa aportación que se trata de esconder. Para que podamos seguir hablándonos sin que nos lo impida nadie simplemente porque no le gusten los interlocutores. Para que los servicios comunes sigan siendo de lo mejorcito del mundo mundial, a pesar de los esfuerzos de quienes solo buscan enriquecimiento personal. Para que el privilegio de la violencia se ejerza cada vez menos, y mejor nunca. Para que desaparezcan las discriminaciones. Para que las instituciones públicas cuenten con recursos suficientes para toda la ciudadanía. Para que nuestras riquezas se redistribuyan de forma eficiente y eficaz. Para que las iniciativas privadas sean compatibles con el bien común. Para que dejemos de clasificar la vida común en nosotros, vosotros y ellos. En fin… para que todo vaya mejor. Para que el sistema siga mejorando. O para cambiarlo cuando sea mejor opción.

Por todo eso, hay que ir a votar mañana domingo. Y todas las veces que el sistema lo requiera. Es lo mínimo que cada persona con el inmenso privilegio de contar con ese derecho puede hacer. Hasta hace pocos años ni siquiera se podía hacer ese gesto tan sencillo. Cuando yo era un crío mi madre no podía hacer ni poseer nada sin el consentimiento expreso de mi padre. Hasta mi adolescencia los hombres teníamos todos los privilegios del mundo, y las mujeres ninguno. Y hay quienes pretenden volver a eso. Y, sinceramente, preferiría que eso no ocurriera. Vivimos en el mejor de los mundos posibles, y me gustaría que siguiera siendo así. Sin retroceder. Siempre hacia delante. Siempre procurando mejorar la convivencia. Sin prisa, pero sin pausa. Hay cosas mejorables inmediatamente, y las hay que necesitarán el esfuerzo de varias generaciones. Creo que si quienes gobiernen no tienen todo esto claro, mal iremos.

Y por eso, votar no es lo único. Podemos quedarnos en ir a votar -es lo mínimo. Menos, no vale-, o implicarnos más, cada cual en su nivel, a la medida de sus deseos, de sus posibilidades. No hace falta llegar a la jefatura del estado. En nuestro entorno cercano hay miles de cosas por mejorar. Siempre cooperando, comprendiendo los errores de los demás, e intentando arreglar lo que estropeemos. Todo el mundo tiene algo que ofrecer a sus vecinos, a su grupo, a su comunidad, a su entorno, a su país. Solo hay que querer, y ponerse a ello…

Votar.

Y dos huevos duros…

Antonio fue mi profe

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El último día del pasado año 2022 apareció en las redes la noticia de la muerte de Antonio García. Desde ese momento han aparecido numerosas publicaciones sobre su vida, sobre todo de su faceta carnavalera y como servidor público en el ayuntamiento de Puerto Real. Nada que ver con mis recuerdos sobre él. Mi madre me informó sobre la hora de su entierro, y me acerqué al cementerio, que no suelo visitar más que en contadas ocasiones. Ayer, y no sé por qué, era uno de esos momentos en los que ese era el sitio donde estar. Sin conocer a casi nadie, yo solo, apartado del gentío que se agolpaba siguiendo al coche fúnebre.

Antonio fue compañero y amigo de mi padre. Y mi único contacto con él fue durante un verano a principios de los 80. Las matemáticas se me atragantaron en BUP y en junio conseguí el primer suspenso de una asignatura en el instituto. Mi padre me llevó a su casa para que me diera clases particulares antes de los exámenes de septiembre. No sé cómo lo hizo, pero consiguió que entendiera en poco tiempo los conceptos que no logré atrapar durante el curso. Aprobé en septiembre y desde ese curso, gracias a esas clases vespertinas del verano, pude dejar de ver las matemáticas como un suplicio, y se fueron convirtiendo en la herramienta fundamental para seguir entendiendo el mundo, hasta que llegaron a ser un divertimento que poco tenía que ver con la obligación de estudiar para aprobar.

Solamente fueron dos meses. Después de aquello, quizá algún saludo esporádico por la calle, y poco más. Pero cuarenta años después sigo recordando con agrado aquél verano de poca playa y mucha libreta de ejercicios. Sin dejar de conocerlo por su faceta pública, sin dejar de saber lo apreciado que fue entre las gentes de esta tierra, pero ya está.

Como casi siempre, llego tarde para agradecerle lo mucho y bien que influyó entonces en mi camino. Sin aquellas clases yo hubiera sido otro: otros estudios, otra carrera, otros trabajos, qué sé yo. Seguramente soy un poquito mejor individuo por su causa. Hay personas que se te cruzan y te aportan algo que te hace crecer. Y cuando se van, al menos queda el recuerdo de su influencia. Y nada más, apenas nada más…

Hacerse adulto, pero menos

¿Estás seguro?

¿Estás seguro?

Esta tarde de domingo veraniego-otoñal y solitario ha aparecido en mi mundo un tipo que parece interesante: John Perry Barlow. Leyendo un poco sobre su vida encuentro entre las muchas cosas que hizo antes de morir hace unos meses, un código de conducta que escribió con 30 años, supongo que cuando sintió que se hacía mayor. Es una lista de consejos que se conoce como sus Principios del comportamiento adulto.

  1. Be patient. No matter what.
  2. Don’t badmouth: Assign responsibility, not blame. Say nothing of another you wouldn’t say to him.
  3. Never assume the motives of others are, to them, less noble than yours are to you.
  4. Expand your sense of the possible.
  5. Don’t trouble yourself with matters you truly cannot change.
  6. Expect no more of anyone than you can deliver yourself.
  7. Tolerate ambiguity.
  8. Laugh at yourself frequently.
  9. Concern yourself with what is right rather than who is right.
  10. Never forget that, no matter how certain, you might be wrong.
  11. Give up blood sports.
  12. Remember that your life belongs to others as well. Don’t risk it frivolously.
  13. Never lie to anyone for any reason. (Lies of omission are sometimes exempt.)
  14. Learn the needs of those around you and respect them.
  15. Avoid the pursuit of happiness. Seek to define your mission and pursue that.
  16. Reduce your use of the first personal pronoun.
  17. Praise at least as often as you disparage.
  18. Admit your errors freely and soon.
  19. Become less suspicious of joy.
  20. Understand humility.
  21. Remember that love forgives everything.
  22. Foster dignity.
  23. Live memorably.
  24. Love yourself.
  25. Endure.

Una lista bastante sensata y razonable de actitudes, que traduzco a mi buen entender:

  1. Sé paciente. No importa por qué.
  2. No hables mal: asigna responsabilidades, no culpas. No digas nada de otros que no les dirías a la cara.
  3. Nunca asumas que los motivos de los demás son, para ellos, menos nobles que los tuyos para ti.
  4. Expande tu sentido de lo que es posible.
  5. No te atormentes por las cosas que no puedes cambiar.
  6. No esperes nada de nadie (más de lo que puedas hacer por ti mismo).
  7. Tolera la ambigüedad
  8. Ríete de ti mismo. Con frecuencia.
  9. Preocúpate de lo que es correcto, no de quién tiene razón.
  10. No olvides nunca que, sin importar lo seguro que estés, puedes estar equivocado.
  11. Renuncia a los deportes de sangre.
  12. Recuerda que tu vida también le pertenece a otros. No la arriesgues frívolamente.
  13. Nunca le mientas a nadie por ningún motivo. (Bueno, vale. Se acepta de vez en cuando alguna mentirijilla por omisión).
  14. Conoce las necesidades de quienes te rodean y respétales.
  15. No busques la felicidad. Define tu misión y ve a por ella.
  16. Reduce el uso del pronombre personal de primera persona en singular.
  17. Elogia al menos con la misma frecuencia que critiques.
  18. Admite tus errores rápida y libremente.
  19. Desconfía menos de la alegría.
  20. Entiende la humildad.
  21. Recuerda que el amor es capaz de perdonarlo todo.
  22. Fomenta la dignidad.
  23. Vive memorablemente.
  24. Quiérete a ti mismo.
  25. Resiste.

Seguro que hay más cosas que se pueden hacer (o dejar de hacer) para comportarse como un adulto responsable dentro del grupo, pero me da la impresión de que si siguiéramos estas sencillas reglas, a la larga la convivencia sería mucho más plácida para todos.

Yo, por mi parte, y sin menospreciar al niño que sigue dentro de mi (y que no pienso dejar escapar), creo que antes de conocer esta lista ya seguía sus pautas en un apreciable porcentaje. ¿y tú?…

 

 

Ruido. Mucho, mucho ruido

Sin mirarnos

Sin mirarnos

Ruido. Mucho, mucho ruido. Es la sensación que me queda después de este triste fin de semana. Ruido para esconder la tristeza. Ruido para que sigamos mirándonos con los ojos cerrados, cegados. Ruido para esconder la indignación. Ruido para alentar el enfrentamiento. Ruido para esconder la ineptitud, manifiesta en estos últimos años, de una gran parte de quienes deberían dirigirnos hacia la prosperidad pero se dedican a alimentar la incertidumbre del futuro próximo.

Ruido, en fin, que esconde los asuntos importantes inundándonos de desinformación ruidosa, haciendo que nos fijemos en los detalles, en las formas chuscas por parte de todos los actores de este vodevil en que se ha convertido la política española en general, y el asunto catalán en particular. Ruido con el que consiguen que sigamos divididos y vivamos en la ilusión de que formamos parte de tribus diferentes sin posibilidad de reconciliación, hasta ser convencidos de que el único camino es la ruptura y el conflicto permanente.

He procurado bucear bajo el ruido generado por todos, tomando conciencia de mis eternos acúfenos para apagar la estridencia desinformativa, intentando leer entre líneas, obviando las consignas ideológicas de todas las partes. Leyendo lo que opinan figuras públicas y gente desconocida para mí. He tratado de comprender las razones de unos y de otros, sin alinear mi pensamiento con nadie. Y esto es lo que encuentro bajo el estruendo…

Encuentro una gran mayoría de gente que solo ve una parte del conflicto: su parte. Gente que solo se informa en medios afines a su ideología y obvia las opiniones e informaciones de aquella otra gente con quien cree estar enfrentada. Casi todos tienen ya una opinión asentada y solo tienen ojos y oídos para ver y oír los hechos o invenciones que la consoliden. Da igual que casi todo sean mentiras, si se ve algo que coincide con mis ideas se cree sin rechistar, y si es del lado contrario solo sirve para aumentar el cabreo y ensanchar el precipicio que nos separa cada vez más.

Encuentro el gran fracaso de los cambios interesados del sistema educativo fragmentado que hemos sufrido en las últimas décadas. Una juventud que no sabe leer. Generaciones que han aprendido la historia tergiversada por los intereses políticos de los dirigentes que les tocaron. Pocos han leído, o siquiera conocen, a Thoreau, a Whitman o a Sun Tzu; a Aristóteles, a Nietzche, a Chomsky. El pensamiento filosófico brilla por su ausencia en las mentes de la juventud, y en consecuencia no hay espíritu crítico, ni individual ni colectivo, y la manipulación por parte de la clase dirigente, con todos los medios que tienen ahora a su alcance, se torna apabullantemente simple.

Esta manipulación a la que tan alegremente se ha lanzado la prensa, cada medio tirando hacia donde manda quienes pagan. Los unos escondiendo la evidencia de lo que está pasando. Los otros magnificando los detalles escabrosos de las cargas policiales contra el pacífico pueblo que solo quiere votar. Tanto pacífico ciudadano debería haber participado en las refriegas de astilleros que hubo por aquí de los años 80 un día sí y otro también, para que experimentaran lo que eran cargas policiales en serio. Me molesta especialmente el tratamiento del asunto de la prensa internacional, medios que tradicionalmente han sido críticos sabiendo contar el mundo, exponiendo las cosas en conjunto y no solo desde un punto de vista, con fuentes contrastadas y sin sensacionalismo. Como digo, de pronto lo único que se ve en las portadas es a la policía apaleando a gente. Sin más análisis, sin buscar causas, sin buscar responsables, sin despejar las manipulaciones de todas las partes. En una especie de sinécdoque global consensuada por casi todos, parece que el problema se reduce a que hay unos pobres ciudadanos intentando ejercer un derecho y son apaleados por ello.

Todos han caído, y no se me ocurre qué poderes económicos hay detrás para que ocurra así, en la trampa de la parte independentista, que una vez consumado el esperpento del domingo se han revelado como unos magníficos estrategas. Todo lo que está pasando parece obedecer a un plan perfectamente trazado y que les está saliendo a la perfección, con la complicidad de los medios de comunicación, que se relamen ante la ingente cantidad de material gráfico morboso, y magnifican los disturbios como si hubiera habido una guerra y España fuera una dictadura totalitaria que trata a palos a sus ciudadanos. La generalización interesada y la impune utilización de lo que ahora se viene llamando post-verdad -tergiversación y reinterpretación interesada de hechos pasados, fotografías manipuladas y vídeos editados para enseñar sólo lo conveniente para una de las partes, declaraciones tendenciosas, estrategias de avestruz, farsa electoral… las mentiras de toda la vida- pone a los rebeldes en el bando de los buenos, y deja en ridículo al gobierno del país. No sé qué es peor: si no lo están viendo venir, o que dejan que vayan ocurriendo tantos sinsentidos a pesar de saber lo que va a suceder.

Encuentro a dirigentes que no tienen la altura de miras necesaria para gestionar el conflicto. Ni en una parte ni en otra. Ni los que provocan ni los que se dejan provocar. La política por ambas partes de aquí se hace lo que me sale de los güevos sin tener en cuenta, como mínimo, las normas por las que deberíamos regirnos. Y lo peor es que no hay atisbo de que pueda haber un relevo que mejore lo que sufrimos ahora. Y no encuentro al jefe del estado. Solo sabemos que esta semana está libre de agenda, pero aún no ha hecho acto de presencia. No sé si es una estrategia premeditada y se está maquinando un golpe de efecto o simplemente que no saben qué hacer ante la provocación, pero de momento la institución está perdiendo puntos rápidamente.

Encuentro nuestras leyes marcadas y envejecidas por el paso del tiempo. Las normas fundamentales ya han cumplido su papel. Sirvieron muy bien para evitar que nos matáramos de nuevo hace cuarenta años, pero ya va siendo hora de revisarlas y modernizarlas, de adaptarlas al nuevo mundo y acercarlas al sentir de la población actual, la que ya ha vivido toda su vida en democracia. Hay que buscar la forma de renegociar nuestras normas de convivencia para evitar conflictos como el que estamos viviendo ahora.

Encuentro un conflicto artificial construido a lo largo de muchos años de privilegios concedidos a partidos nacionalistas a cambio de votos en las cortes nacionales, en los que han tenido tiempo de aleccionar a la población con una ideología que a estas alturas ya es más que rancia. Si no queremos destruirnos, el mundo tiene que tomar el camino de la eliminación de fronteras y la cooperación de todos, respetando la idiosincrasia de cada pueblo, pero facilitando la comunicación y la cooperación pacífica a nivel planetario. Las banderas se convierten rápidamente en muros que nos impiden conocer al vecino y convivir en armonía entre todos.

Lo que me lleva al quid de la cuestión: la pasta. El dinero y el poder para gestionar las riquezas por parte de todo el mundo. Ése es el fondo del asunto. Los nacionalistas diciendo que lo de aquí es sólo para mí y no comparto con nadie ni me dejo gobernar por gente de fuera. Todas las partes intentando esconder las corruptelas en las que están metidos. Al gobierno central se le ha ido de las manos el asunto y la cortina de humo se les ha convertido en un incendio. El gobierno catalán está pisando el acelerador para conseguir la independencia, lo que les permitiría no tener que rendir cuentas ante los tribunales españoles, antes de que Andorra acabe con el secreto bancario y salgan a la luz los chanchullos económicos de todos estos años. Los rusos y los yanquis cooperando en la desinformación para convertir un conflicto local en algo que desestabilice un poco más a la Unión Europea.

Y todo queda enterrado en el ruido. Y seguimos cara a cara sin mirarnos. Y seguimos sin escuchar al de enfrente. Lo más inteligente que podríamos hacer ahora es que los dirigentes actuales, todos, asimilaran el fracaso y se quitaran de enmedio. Que llegue gente nueva y consigamos que esta locura se pare antes de que pase algo grave de verdad.

Y cuando se vayan, que les den dos huevos duros.

 

Añadido, doce horas después de publicar este post.

El rey ha aparecido por fin. Un poco tarde y con un mensaje demasiado institucional y poco concreto para mi gusto, pero parece que se empiezan a tomar cartas en el asunto. Y comienzan a aparecer en la prensa internacional, una vez pasada la novedad de los palos de la policía, artículos de fondo que van contando las cosas que están pasando con un rigor que se echaba en falta. Esperemos que se imponga la cordura y todas las partes sepamos encauzar este disparate sin que haya necesidad de emplear la violencia.

 

Lara

No sé qué pasa estos últimos días que no para de pasar gente por aquí armando siempre un alboroto que empieza a rayar en lo absurdo. ¡Con lo tranquila que estoy yo aquí en mi casita sin tener que soportar a nadie! Solo comiendo, durmiendo y viendo la vida pasar. A las caras de siempre se han sumado algunas que veo de vez en cuando, y otras completamente desconocidas. Y casi todas me atienden como si me conocieran desde siempre ¡habráse visto desvergüenza! No sé porqué creen que pueden tratarme con esa familiaridad. Aunque no sé de qué me sorprendo. Ya ha ocurrido algo parecido muchas veces: jaleo, jaleo y más jaleo sin venir a cuento.

Por suerte, ahí viene mi galán. ¡Cuánto disfruto cuando estoy sobre su pecho y me acaricia la espalda! Espero que venga con esas intenciones, porque odio cuando me agarra con las dos manos para subirme por encima de su cabeza. Tengo un miedo atroz a las alturas y lo paso fatal, pero no hay forma de hacérselo entender. Sin embargo, esta vez me ha agarrado fuertemente y me ha dicho algo que ha sonado a «¡Feliz Navidad, Lara!», seguido de un coro de voces desconocidas que parecían decir lo mismo, para después soltarme un beso en los morros. Algo que también me encanta, todo hay que decirlo.

Como casi siempre, se ha hartado pronto de mi y me ha vuelto a dejar en casa. Ahora solo me queda esperar agazapada en mi sitio a que esta pandilla de intrusos se vaya y me dejen disfrutar de la ración extra de lechuga y zanahorias que rebosa en mi comedero, y pueda seguir mi existencia contemplativa tras estas tranquilizadoras rejas que me protegen…

Siempre tendremos a Billy Wilder


MYCROFT The Admiralty regards this craft as the ultimate weapon in naval warfare. It can seek out enemy ships and destroy them — with these torpedoes — while remaining completely invisible.
QUEEN VICTORIA You mean it can fire at other vessels while under water?
MYCROFT Yes, Ma’am.
QUEEN VICTORIA Without any warning?
MYCROFT That is correct, Ma’am.
QUEEN VICTORIA And without showing her colors?
MYCROFT Indeed, Ma’am.
QUEEN VICTORIA Mr. Holmes, we are not amused. It is unsportsmanlike, it is un-English, and it is in very poor taste. We will have none of it!
MYCROFT I beg your pardon, Ma’am?
QUEEN VICTORIA Sometimes we despair of the state of the world. What will scientists think of next?

Billy Wilder
La vida privada de Sherlock Holmes. 1970


El mundo está loco, loco, loco

El mundo está loco, loco, loco

Una semana en cama da para oír mucha radio, tragarte muchos telediarios, estar mucho tiempo deambulando por la red, y ver algunas películas. Esa fue mi situación hace unos días, y visto lo visto la experiencia no ha sido muy gratificante, además del malestar propio de la enfermedad. Sólo como ejemplo, sin orden ni concierto, algunas perlas de las que he visto estos días en los telediarios, oído en las radios, o leído en Internet. No pongo nombres, pero seguro que se sabe de lo que hablo:

  • Un líder terrorista muere en un bombardeo de fuerzas occidentales. TODOS los comentarios que leo en la noticia son de insultos y ataques al islam y las personas que lo profesan. La sensación que me queda es asqueante.
  • Un trabajador en España de origen africano quiere reunirse con su hijo aquí. A su sueldo le faltan 47 euros para llegar al límite que establece la ley española y no se lo permiten. El niño se mete en una maleta y lo descubren en el escáner del puerto. La imagen es aterradora.
  • El mismo político que ayer aplaudía filtraciones que le permitían saber los ingresos de sus contrincantes, se muestra ofendido y consigue que el presidente del gobierno y el ministro de hacienda abran inmediatamente una investigación cuando le pasa lo mismo a ella.
  • Alcaldes, alcaldesas y alcaldables investigados por casos de corrupción (que a estas alturas ya no son siquiera presuntos) vuelven a presentarse a las elecciones de mañana sin el más mínimo pudor.
  • Alcaldes y alcaldesas en activo aprovechan todo el poder de la maquinaria de los servicios públicos en favor de las campañas de sus propios partidos, sin cortarse un pelo.
  • El presidente del gobierno se gasta más de 15000 euros en un vuelo privado porque no llegaba a tiempo a un mitin.
  • En Nepal hay miles de muertos por los terremotos. La ayuda internacional se queda a mitad de camino, entre políticos ineptos y gestores corruptos.
  • un gurú de los budistas le dice a la población Nepalí que el terremoto es consecuencia de sus pecados. Con dos güevos.
  • La elecciones municipales se ponen el domingo en que se celebra la romería más populosa de España. Habrá un millón de personas desplazadas, de las que unas cien mil han pedido el voto por correo. El resto, ¿para qué va a votar?
  • Un partido «del siglo» se celebra el domingo de las elecciones municipales. El ayuntamiento y la diputación de Cádiz fletan autobuses gratuitos para que los aficionados puedan irse a la otra punta de España. ¿para qué van a votar?
  • Los lumbreras responsables de los dos puntos anteriores saben perfectamente que cuanta más abstención haya, más beneficiados saldrán los dos partidos grandes. Así que, ¿para qué van a votar?
  • Candidatos de partidos en el poder se presentan a las elecciones sin programa electoral. Si ya saben que no lo van a cumplir, ¿para qué iban a molestarse en trabajarlo?
  • El leit motiv del presidente del gobierno en campaña es que en España ya nadie habla del paro. Mejor me callo los calificativos que se me ocurren.
  • Los cachondos del ISIS se están haciendo con el poder en todo Oriente Medio. Conquistan ciudades, destruyen el patrimonio de la humanidad anterior al nacimiento de Mahoma. Ponen a las mujeres en el sitio que ellos creen que deben estar. Asesinan a cualquiera que no tenga sus ideas. Queman vivos a niños si les apetece. Mejor no sigo. Todo en nombre de la religión ¿De donde sacan el armamento para todo esto? ¿Quién los financia? ¿Porqué no hacemos más que comentar lo maletes que son?
  • Los partidos nuevos que se formaron al albur de los movimientos ciudadanos de los últimos años, en cuanto han pillado cacho en las anteriores elecciones se les ha visto el plumero y mantienen las mismas actitudes de los grandes. No veo la renovación por ningún sitio.
  • Etc., etc., etc…

Por suerte, entre tanta podredumbre puede disfrutar de nuevo de La vida privada de Sherlock Holmes, del Gran Dios Wilder. Así que, parafraseando a la Reina Victoria cuando le pregunta a Mycroft Holmes por el nuevo barco torpedero submarino que están construyendo en el Lago Ness:

¿Dices que esta nave puede disparar a otras bajo el agua, sin previo aviso y sin mostrar la bandera? ¡Pues no me gusta! Eso es antideportivo, anti-inglés y de muy mal gusto. ¡No lo haremos! ¡Dónde vamos a llegar, qué será lo próximo!

Pues eso: ¿Qué será lo próximo? Ni siquiera sé a quien quiero votar mañana para que gestione mi ciudad: nadie me ha prometido dos huevos duros.

Chanchullos gaditanos

Tormenta Marina. Exposición "Vicios Comunes". UCA, 2005

Tormenta Marina. Exposición «Vicios Comunes». UCA, 2006

Llevo desde ayer dándole vueltas a la conveniencia de escribir sobre esto pero, por lo poco o mucho que me toque, voy a dar mi opinión sobre el asunto del despilfarro de dineros públicos en la Universidad, aireado ostentosamente por El Diario.

No es mi intención defender a nadie. Quien haya hecho mal, allá con su conciencia. Y para quien haya hecho mal, que se pongan en marcha los mecanismos que procedan a estos casos, para arreglar los desarreglos (por cierto… ¿si todo se sabe desde hace años, a qué viene esto ahora?) Pero me indigna que una supuesta noticia, aireada con tan malas formas, vaya a afectar a tantas personas, incluyendo a todos los trabajadores de la universidad, a los alumnos, y especialmente a aquellos cuyos nombres aparecen en la prensa en párrafos ofensivos, en los que suponen y dan por sentados hechos delictivos o inmorales al albur de la ola de caza al corrupto que nos invade en los últimos tiempos. Nombres que, hasta donde sé, llevan dedicando honrada y honestamente todo su esfuerzo a la universidad desde que entraron en ella.

No soy de ver la vida por el lado malo, pero que gente tan versada como María Jesús Ruiz haya escrito lo mismo que se me vino inmediatamente a la cabeza mientras leía la noticia ayer, me da que pensar. En realidad, casi da lo mismo: maniobra electoral, cortina de humo, venganza de alguien despechado, incluso que esto también forme parte de la campaña de desprestigio que los medios afines al régimen llevan tiempo orquestando contra las instituciones públicas en general, y la universidad y la sanidad (los nichos donde el sector privado puede aún rascar beneficios empresariales) en particular… da igual: el daño a la institución ya está hecho, pase lo que pase desde ayer.

Siento contradecir al maestro Julio González: sí, es un pelotazo, pero no, no es información, ni es periodismo. Es, simple y llanamente, puro cotilleo, chinchorreo gaditano de barra de bar. Datos sin contrastar, con una única fuente y confirmados por supuestos integrantes de la comunidad universitaria que dicen todos cosas del mismo estilo, ni una voz disonante. Yo creo en un periodismo comprometido, sí, pero que busque la verdad por todos los lados, que me enseñe todas las caras de la noticia, un periodismo en el que esté clara la frontera entre información y opinión, y toda la información que se está publicando está cualificada por la opinión del redactor de la noticia. Ni siquiera se ha tenido el buen gusto de publicar íntegramente el comunicado de la UCA, sino que sus párrafos están separados y comentados. Cada partida de gasto de la que se informa, se comenta con alguna opinión, con mucha frecuencia hiriente para deleite de la masa, ávida saber de funcionarios que se pegan la vida padre a costa del dinero de sus impuestos.

Me gustaría que El Diario fuera un instrumento más de vertebración de la comunidad gaditana, pero por desgracia en demasiadas ocasiones se lanza al lado oscuro sin calibrar las consecuencias que su opinión pueda tener sobre unos y otros. Este caso es, más que evidentemente, un tiro en el pie del ya maltrecho estado de las cosas en Cádiz.

En fin, si la prensa tradicional va a seguir ese camino, por mi parte les van a seguir dando dos huevos duros.

P.D.- Siento mucho no incluir enlaces a las noticias directamente, pero la nueva legislación auspiciada por la AEDE, de la que el grupo al que pertenece El Diario es miembro destacado, aconseja no hacerlo, así que quien quiera leer la opinión -que no información- tendrá que buscarla y conseguirla como buenamente pueda.

Las croquetas de la Elvira

Las croquetas de la Elvira

Las croquetas de la Elvira

Las croquetas de la Elvira merecerían estar incluidas en más de un recetario de la cocina casera de estos sures en los que intentamos convivir, porque increíblemente no se parecen a ninguna otra. Aunque en esta página de su puño y letra no se note, en realidad la Elvira siempre ha hecho cocletas, del puchero, como está de Dios hacerlas. Nada de tonterías francesas tipo bechamel: aceite, cebolla, ajo, perejil y carne picada. Con harina y el caldo del puchero recién hecho. Mucha harina, mucho caldo, y mucho meneo en la sartén con una pala de madera. El resultado inmediato de los tales meneos era una especie de tortilla mazacote que había que dejar enfriar antes de darle forma a las cocletas. El rechupeteante efecto colateral (cuando, de pequeño, las hacía en sartén de hierro. ¡Cuánto daño ha hecho el teflón en la cocina!) era una costra humeante y renegrida de harina tostada, que mis primas y yo nos disputábamos a muerte para devorarla quemándonos el cielo de la boca.

Con la masa ya fría y el brazo descansado de la sesión de culturismo amasador, la Elvira disponía su empeño en convertir aquella torta en decenas de bolas, todas iguales y perfectamente esféricas, a base de apretar amorosamente un cacho de aquella masa de harina con carne ahuecando Las palmas de las manos con movimientos circulares. Después, una fiambrera que parecía una caja de entrenamiento para ping-pong encontraba su sitio en el frigorífico.

Solo quedaba el final del proceso: freír aquellos bolindres, pero nada de freidoras, sino una sartén con un culillo de aceite, otra vez a remover, y ya teníamos solucionada la cena añadiendo un par de huevos fritos.

Esta receta autógrafa forma parte de un bloc de sólo 5 páginas que data de mi época de estudiante universitario. Con todo el dolor de su corazón (y se encargó de que yo no supiera hasta muchos años después cuánto fue aquel dolor), se vio obligada a intentar enseñar a cocinar a un crío de diecisiete años que se le había ido de casa, que, literalmente, no sabía freír un huevo, y que tuvo la osadía de irse a vivir a un piso de estudiantes sin conocimiento de sus padres, quienes le habían buscado acomodación en una casa de huéspedes regentada por una malvada bruja, de la que tuvo que huir a las pocas semanas de insoportable subsistencia.

Cuando aprendí a hacer cocletas, mis compañeros de piso tuvieron que pasar por el entrenamiento previo obligatorio antes de comérselas: siempre, SIEMPRE, las primeras que intentas comerte salen disparadas del plato al intentar pinchar en ellas con el tenedor. La masa frita queda seca por dentro, y con una costra que ya la quisiera algún chaleco antibalas. Hay dos soluciones: o se comen con los dedos, o se aplastan antes de pincharlas, pero esto, como digo, exige un aprendizaje previo que los veteranos soslayamos a los novatos de las cocletas elviriles, para hacernos mofa de los pardillos.

Poco después del disgusto que le di al huir de la pensión para irme a un piso, la Elvira, mi señora madre, me dio su bendición en forma de regalo de reyes: una cocinita de juguete, y dentro unas cuantas hojas con la receta de las cuatro cosas que podría cocinar por mi cuenta, además de dos huevos duros.

Hoy, la Elvira, mi señora madre, sigue haciendo cocletas del puchero para regimientos enteros, y me sigue reservando mi parte para que pueda seguir comiendolas tan a gusto como cuando era chico. Y es que Elvira es mucha Elvira.

Escrito en Puerto Real para el día de la madre de 2014

 

 

 

 

 

Carretera cortada

Camino a ninguna parte

Camino a ninguna parte

Este fin de semana ha circulado, por fin, el primer tren por las vías soterradas en Puerto Real. después de casi 4 años de obras, durante las que el pueblo ha estado dividido en dos mitades casi incomunicadas en la práctica por la vía provisional con su apeadero provisional, con la salvedad de dos pasarelas provisionales para peatones que casi nadie se atrevía a cruzar dado su inquietante aspecto de inseguridad, sobre todo los días de levantera, o cuando la lluvia o la humedad mañanera las hacían intransitables so peligro, cuando menos, de torcerse un tobillo, de lo que puedo dar fe personalmente.

Los afortunados habitantes del más allá de las vías hemos soportado esta provisionalidad de 45 meses y pico que nos alejaba del centro, del trabajo, del comercio y de nuestros familiares y amigos. Nos alejaba, aproximadamente, 10 km más que antes, por la sencilla razón de que los caminos para pasar de una parte a otra de la población obligaban y siguen obligando (solo se han habilitado dos pasos peatonales sobre la ya inútil vía en superficie) obligan a dar un gran rodeo por carretera o autopista.

He hecho algunos cálculos apresurados; redondeados y nada rigurosos para tener idea del sobrecoste que ha supuesto esta situación a más de la tercera parte de los habitantes de Puerto Real: en mi caso, y tirando siempre por lo bajo, he usado el coche durante estos años unos 14000 km DE MÁS al tener que usar las rutas alternativas, equivalentes a unas 50 jornadas de trabajo completas. casi 400 horas de mi tiempo. Y estimo unos 1800 € gastados también de más sólo en combustible.

Tomando datos del Instituto Andaluz de Estadística sobre la densidad de población, el numero de habitantes por hogar, el numero de coches de la zona y alguno más, salen unos números disparatados. Para no aburrir con las cuentas (que son muy aproximadas y tienen un gran margen de error en ambos sentidos), solo diré que para una estimación de unos 16000 habitantes, 6000 turismos y 5000 hogares a este lado del Mississippi, sale la bonita cifra de 9 millones de euros en gasolina malgastada. También tenemos el equivalente a 250000 jornadas de trabajo desperdiciadas al volante.

y todo esto con cálculos conservadores. Si hubiera tenido en cuenta que en cada casa hay más de un coche, que muchos días hay que hacer más de un viaje, que antes usábamos menos el coche porque pasar andando era más sencillo, que los pobladores del centro también vienen por Las Canteras de vez en cuando, que en viajes cortos el gasto de combustible por km es mucho mayor… En fin, casi mejor ni pensarlo.

Si los vecinos nos hubiésemos puesto de acuerdo para pagar en 2010 la parte que debía el ayuntamiento, nos habríamos ahorrado al menos el tiempo perdido, y el soterramiento estaría funcionando hace años.

Y tendríamos para también dos huevos duros.

Religión y simplificación

El Rocío

El Rocío

Acabado de levantar, con los ojos pegados, las orejas abiertas, el café caliente y la radio esperando ser encendida. La enciendo: informativo matinal. Se oye a una mujer con voz compungida: «Me emociono porque, aparte de por lo guapa que está, en mí despierta un sentimiento que no te podría expresar con palabras. Yo, que traía un problema de salud hace dos años y le pedí que me curara y aquí estoy, dándole las gracias porque esa operación salió bien y he recuperado mi salud.»
 
¿Un emotivo agradecimiento a una excelente y guapa cirujana? No encaja mucho en un informativo radiofónico. Menos mal que en Internet está todo, y puedo buscar, y escuchar, lo que se emitió unos segundos antes:
 
«Los almonteños en brote (sic) agarrando a su patrona y en los próximos minutos, cuando el santero abra por fin la reja, la Virgen del Rocío procesionará por las calles de Almonte un año más… Emotivo recibimiento a la patrona almonteña.»
 
Mmmmm, empiezo a pensar que ha sido peor poner la noticia en contexto.
 
Está bien ser agradecido, y en la simplificación de un titular no hay sitio más que para quien lidera la acción, hay que narrar con el mínimo número de palabras algo así: estoy enferma, pido que me curen, me curan, agradezco la curación. Quizá un posterior desarrollo en el noticiero se haría alguna mención a algunos aspectos colaterales que hubieran podido contribuir a esta gozosa recuperación. Hagamos una lista no exhaustiva de cosas que han sido necesarias para que esta buena mujer pueda compungirse a gusto esta mañana frente a una iglesia cristiana en una pequeña aldea del Sur de Europa:
  • Un equipo de cirugía (mayor, algo que podemos inferir del grado de emotividad del anuncio), compuesto por cirujanos que realizan efectivamente la intervención, anestesistas que saben cómo evitar el dolor del paciente, personal de enfermería que está pendiente de que todo vaya sobre ruedas, auxiliares para otras tareas…
  • Una cuadrilla de limpieza que deja el quirófano reluciente y sin bichitos malos entre las intervenciones.
  • Equipos electromecánicos que facilitan el trabajo de todos los implicados de una u otra forma en la cirugía.
  • El hospital en el que está ese quirófano, una compleja maquinaria que permite que nuestros problemas de salud se solucionen en lo posible.
  • Una organización colectiva de salud pública a la que pertenece el hospital, en la que se dan las condiciones necesarias para que quienes se encargan de arreglar nuestros problemas de salud puedan ejercer su labor más o menos ordenadamente.
  • Un sistema de seguridad social que ha permitido que la curación haya podido completarse a un precio razonable para la economía personal de la afectada (presumiblemente, ya que dada la cortedad del titular no tenemos indicios de su nivel económico), repartiendo riquezas y gastos para que los servicios médicos lleguen a un alto porcentaje de la población.
  • Un sistema educativo en el que una miriada de maestros ha conseguido formar a generaciones de médicos, anestesistas, enfermeros, limpiadores, informáticos, mecánicos, electricistas, administrativos, auxiliares, fabricantes de vehículos, conductores de ambulancias, pilotos de helicópteros, políticos, periodistas, legisladores, sindicalistas, policías, miembros de ONG, camareros, cocineros, arquitectos, científicos, escritores, inventores, historiadores, lingüistas, traductores, libreros, bibliotecarios, impresores y cualquier otra profesión imaginable, sin las que una operación quirúrgica sería imposible en las condiciones actuales.
  • El Método Científico, que unido a la curiosidad del hombre permite el avance en positivo de la humanidad, alejándonos de supersticiones y supercherías.
  • Einstein, como representante de cada investigador que ha aportado su ingenio y conocimiento en la mejora de los conocimientos científicos y la tecnología de la que ahora disponemos.
  • Años de luchas sociales que, entre otras cosas, han conseguido que (por ahora) el acceso a los tratamientos médicos sea (casi) universal y (casi) gratuito para el paciente.
  • … (añadir aquí cualquier otro agente no incluido en la lista y que merezca ser citado)
  • Por supuesto, la Blanca Paloma.
  • Y también dos huevos duros.
Sería interesante trasladar esta escena a un momento cualquiera de hace unos años, digamos a mediados del Siglo XIX, cuando lo único disponible de la lista anterior para realizar la mentada curación fuera una escultura conservada en una iglesia cristiana de una aldea del Sur de Europa.
 
Iba a terminar con un ¡Dios mío!, pero lo mismo me paso de irreverente. Mejor acabo soltando al ciberviento un «¡feliz día de dibujar a Mahoma!», no vaya alguien a tomarse esto muy en serio, ¿o deberíamos?